Tuesday, October 18, 2011

Opinion sobre el movimiento de los Indignados..

Aunque parezcan algo nuevo, las protestas de los “indignados” en el mundo occidental no lo son tanto. Tienen sus raíces inmediatas en las manifestaciones de Seattle y Genova en contra de las reuniones de la Organización de Mundial de Comercio. Y más acá, en la revuelta de Paris del 2005, en la que los jóvenes árabes estuvieron varios días en plena ebullición rebelde.

Este último año, con el surgimiento propiamente dicho de los “indignados” en España, la revuelta popular en Londres, los reclamos estudiantiles en Chile  y, en paralelo, las revueltas en el mundo árabe, nos está dando un atisbo de esperanzas. No hay que ser un gran observador para sorprenderse al ver a parte del pueblo estadounidense ocupar plazas en contra del neoliberalismo por primera vez en su historia.

A lo largo de todo el globo, está creciendo de un modo exponencial la cantidad de gente que está tomando conciencia sobre el poder que el sistema tiene en la vida particular de cada uno. El 15 de octubre se realizo una marcha de “indignados” a nivel global, en más de 90 países.  Los indignados estan conformados por cierto estrato social de clase media, joven, educada y que sorpresivamente, se encontró con muchas dificultades para obtener los mismos beneficios individuales del sistema capitalista que sus padres.

En cada estado los “indignados” tienen sus demandas particulares, sea la educación gratuita en Chile, trabajo en España, o las deudas inmobiliarias en Estados Unidos. Pero aquí y allá, comparten una idea común: este sistema, capitalista y neoliberal, no va más.

Sucede que llego el día en el que el capitalismo decidió atacar despiadadamente hasta a la mano que le da de comer. Tradicionalmente, a pesar que la pobreza siempre fue mayoritaria, el sistema mantenía su seducción frente a la clase media dándole lo que ella quería, sea consumo, educación o salud. A partir de fines de la década del 70 en Europa y Estados Unidos, y de la década del 90 en América Latina, medidas macroeconómicas impopulares fueron tomadas para intentar solucionar problemas como la inflación, la deuda externa, la falta de liquidez.

Así se llego a una situación en la que tenes que endeudarte para obtener un título universitario. Una vez que lo tenes hay tanta oferta laboral que la demanda no da a basto, la salud es privada, y para colmo, para seguir de carnaval financiero hasta que le mundo se hunda, los bancos vivieron un festival de créditos, ahora imposibles de pagar por los beneficiarios, por lo tanto, imposibles de cobrar.

La situación es compleja. Pero da un panorama exacto de cómo se maneja el capitalismo mundial. Esta es la tan famosa barbarie capitalista. Barbarie cortoplacista. El único fin es la mayor acumulación posible en el menor tiempo.

A esto me refiero cuando digo que hay un aire esperanzador. Que mas cantidad de gente en el mundo esté siendo consciente y este demandando mayor responsabilidad a gobiernos y organismos financieros es señal de que las cosas podrían cambiar. Parece que el mensaje de los anarquistas antiglobalización finalmente está cosechando adeptos, mas allá que la gran mayoría de estos nuevos activistas no se considere anarquista. 

Que los pueblos europeos y estadounidense se estén levantando en reclamos contra sus gobiernos de esta manera, que este sucediendo de forma casi totalmente pacifica, que hasta estén tratando de hacerle entender a su policía que tienen que estar de su lado, y que sea cada vez mas organizado a nivel transnacional, sí es novedoso. Y es la oportunidad que tenemos de no volver a elegir en elecciones a representantes de corporaciones, sino que nuestros gobiernos estén formados por verdaderos representantes del pueblo.

Es la oportunidad, la ultima tal vez, de cuidar el planeta como nuestro hábitat que es, de tratar de salir un poco de la mentalidad egoísta y abrazar a toda la humanidad.  Está en nuestras manos ahora seguir siendo colonizados mentalmente por la fiebre consumista orquestada o efectuar un cambio real. Aunque este cambio sea muy lejano todavía, no deseo que nos rindamos frente a lo que nos hicieron creer que es “inevitable”. 

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