Monday, April 23, 2012


Yo quiero escribir, pero a veces siento que me falta esa agudeza de los escritores. Creo contar con la sensibilidad necesaria, pero lo que me falta es esa capacidad de analizar la realidad de una forma nueva, pero a la vez común. Sacar a luz lo que todos conocemos, pero no sabemos decir.

Thursday, March 22, 2012



De adolescente vivía con mi familia en un barrio de clase media alta. Todos los días, caminando por las calles todavía no asfaltadas, se podía oler el césped recién cortado por los jardineros. Diez años después ese olor me sigue trasladando a aquellos tiempos de ingenua e inocente ignorancia.  Ni siquiera el olor del Rio Neuquén, que pasa a unos metros de donde vivía, me retrotrae a esos años, como lo hace el olor del césped recién cortado.

Enormes casas con grandes y cuidados jardines, calles vacías de movimiento, autos y camionetas 4x4 importadas estacionadas en garajes, paseos nocturnos en clarísimas noches de luna llena y el recuerdo de cálidas madrugadas sin luna alguna. Los cigarrillos de marihuana en el baño o en el rio, la heladera siempre llena y dormir hasta el mediodía. Las vueltas en auto, y años antes, en bicicleta. Las bardas y su tierra, sus caminos y sus arbustos. El sol, siempre apareciendo demasiado temprano o demasiado tarde y el aire frio de las mañanas, la escarcha. Los pájaros, aguiluchos, sapos, liebres y lechuzas que se mezclaban con perros y gatos domésticos.

Es curioso como la mente recuerda detalles, pero tiende a olvidar sentimientos. Mi silenciosa introspección es fomentada por impulsos físicos involuntarios, como el innato acto de oler. 
Recorriendo mi pasado busco recordar los sentimientos que en esos momentos negaba o acallaba, para así entender mejor como soy hoy.

Wednesday, March 21, 2012

Aquella es una ciudad situada en un valle
Entre áridas mesetas forma un oasis verde y gris
Enclave entre correntosos ríos que traen agua de deshielo
Que los pueblos a lo largo de su vera se encargan de ensuciar con mierda
Aquella es una ciudad donde el sol quema fuerte
Y el aire es puro
Siempre y cuando el omnipresente viento
No esté presente levantando tierra
Aquella es una ciudad que parece crecida al voleo
Colonizando las bardas con casillas de madera
Y las zonas bajas con barrios cerrados
Aquella es la ciudad del petróleo
Con restos fósiles bajo la tierra
Y dinosaurios en el gobierno
Aquella es la puerta al sur del continente
La paradoja de la locura
La ruta más hermosa
El lugar más triste

Tuesday, October 18, 2011

Opinion sobre el movimiento de los Indignados..

Aunque parezcan algo nuevo, las protestas de los “indignados” en el mundo occidental no lo son tanto. Tienen sus raíces inmediatas en las manifestaciones de Seattle y Genova en contra de las reuniones de la Organización de Mundial de Comercio. Y más acá, en la revuelta de Paris del 2005, en la que los jóvenes árabes estuvieron varios días en plena ebullición rebelde.

Este último año, con el surgimiento propiamente dicho de los “indignados” en España, la revuelta popular en Londres, los reclamos estudiantiles en Chile  y, en paralelo, las revueltas en el mundo árabe, nos está dando un atisbo de esperanzas. No hay que ser un gran observador para sorprenderse al ver a parte del pueblo estadounidense ocupar plazas en contra del neoliberalismo por primera vez en su historia.

A lo largo de todo el globo, está creciendo de un modo exponencial la cantidad de gente que está tomando conciencia sobre el poder que el sistema tiene en la vida particular de cada uno. El 15 de octubre se realizo una marcha de “indignados” a nivel global, en más de 90 países.  Los indignados estan conformados por cierto estrato social de clase media, joven, educada y que sorpresivamente, se encontró con muchas dificultades para obtener los mismos beneficios individuales del sistema capitalista que sus padres.

En cada estado los “indignados” tienen sus demandas particulares, sea la educación gratuita en Chile, trabajo en España, o las deudas inmobiliarias en Estados Unidos. Pero aquí y allá, comparten una idea común: este sistema, capitalista y neoliberal, no va más.

Sucede que llego el día en el que el capitalismo decidió atacar despiadadamente hasta a la mano que le da de comer. Tradicionalmente, a pesar que la pobreza siempre fue mayoritaria, el sistema mantenía su seducción frente a la clase media dándole lo que ella quería, sea consumo, educación o salud. A partir de fines de la década del 70 en Europa y Estados Unidos, y de la década del 90 en América Latina, medidas macroeconómicas impopulares fueron tomadas para intentar solucionar problemas como la inflación, la deuda externa, la falta de liquidez.

Así se llego a una situación en la que tenes que endeudarte para obtener un título universitario. Una vez que lo tenes hay tanta oferta laboral que la demanda no da a basto, la salud es privada, y para colmo, para seguir de carnaval financiero hasta que le mundo se hunda, los bancos vivieron un festival de créditos, ahora imposibles de pagar por los beneficiarios, por lo tanto, imposibles de cobrar.

La situación es compleja. Pero da un panorama exacto de cómo se maneja el capitalismo mundial. Esta es la tan famosa barbarie capitalista. Barbarie cortoplacista. El único fin es la mayor acumulación posible en el menor tiempo.

A esto me refiero cuando digo que hay un aire esperanzador. Que mas cantidad de gente en el mundo esté siendo consciente y este demandando mayor responsabilidad a gobiernos y organismos financieros es señal de que las cosas podrían cambiar. Parece que el mensaje de los anarquistas antiglobalización finalmente está cosechando adeptos, mas allá que la gran mayoría de estos nuevos activistas no se considere anarquista. 

Que los pueblos europeos y estadounidense se estén levantando en reclamos contra sus gobiernos de esta manera, que este sucediendo de forma casi totalmente pacifica, que hasta estén tratando de hacerle entender a su policía que tienen que estar de su lado, y que sea cada vez mas organizado a nivel transnacional, sí es novedoso. Y es la oportunidad que tenemos de no volver a elegir en elecciones a representantes de corporaciones, sino que nuestros gobiernos estén formados por verdaderos representantes del pueblo.

Es la oportunidad, la ultima tal vez, de cuidar el planeta como nuestro hábitat que es, de tratar de salir un poco de la mentalidad egoísta y abrazar a toda la humanidad.  Está en nuestras manos ahora seguir siendo colonizados mentalmente por la fiebre consumista orquestada o efectuar un cambio real. Aunque este cambio sea muy lejano todavía, no deseo que nos rindamos frente a lo que nos hicieron creer que es “inevitable”.